not me... cause i'm already dead, you see
lo desagradable, es que este par de perdedores no hace otra cosa que recordar temas de los arcades ochenteros. uo tararea la música y otro adivina de qué juego se trata. al principio participé adivinando algunos fáciles: pac-man, pit-fall y pole position. pero terminaron por aburrirme luego de media hora de pendejadas.
benjamín canturrea un nuevo musical. me suena conocido, pero estoy tan aburrido, que pretendo no saberlo.
—¡yo me lo sé! —exclama emocionado Leopoldo, poniendo a su cerebro entero en la misión—. a ver, cántala otra vez.
benjamín repite el tema.
—es... es...
—¿te das? —y luego me ve a mí—. ¿tú no te la sabes?
—no —respondo luego de un bostezo.
—yo sí... yo sí. ya lo tengo cerca...
—es el de kung fu master.
—ya sabía —dice Leopoldo, obviamente mintiendo.
—¿te acuerdas de ese juego?
miro a mi alrededor, tratando de evadirme de la conversación sin sentido que ocurre en la mesa. siento deseos de ir al baño y hojear la revista que compré. o salir corriendo y golpear a la anciana que pide limosna y que me da asco porque tiene los ojos grises. o agarrar a esa mesera que nos atendió, llevarla a la cocina, sentarla en la plancha y cogerla mientras su espalda se fríe. cualquier cosa es mejor que soportar a estos imbéciles.
—estaba bueno. ¿te acuerdas? —me pregunta benjamín y asiento con una sonrisa afable, esperando que con eso se de por bien servido y me excluya de su vida.
pero no lo hace.
—eran como cinco pisos, ¿no? —cuestiona leopoldo muy interesado en la plática—. me acuerdo que al termino de cada pasillo te enfrentabas a un jefe y entonces subías de nivel. al final, rescatabas a la novia... sylvia, creo que se llamaba.
—Sí, pero luego la rescatabas y se la volvían a robar al cretino, o sea, no tenía fin el juego —agrega benjamín un poco molesto.
—sí, era una verdadera pendejada. si a mi me roban a mi vieja una vez y demuestro que soy una chingonada en el kung fu y voy, le parto su madre a los cabrones, ¿cómo me la pueden volver a secuestrar?
—y luego los mismos putos, pa´ acabarla de chingar.
—bueno, pero eso está mal entonces, ¿por qué los dejas vivos? los hubieras matado bien y te evitas pedos.
—pero se supone que los matas, bueno, eso te hacen creer. lo único que se ve en el juego, es que cuando los madreas se caen de lado. no puedes saber si en verdad están muerto o no.
—a lo mejor los malos tienen hermanos gemelos o están clonados.
cuando termina el debate pendejo, sólo tengo fuerzas para pedir la cuenta y salir sin despedirme. el día en la oficina sería largo y sin julieta, iba a ser difícil aguantar al jefe. por eso, no regreso.