behind the mastermind

me habla por teléfono y me dice que me extraña. me dice que anda cachondona. le digo que me pasa igual. le digo que se aviente uno por allá a mi salud. bueno, no en esas palabras. le digo que yo me aventaré un polvo también por acá. pero lo digo sin pensar, claro. es mucho más fácil para ella que para mi.

aparte de que no conozco a nadie, no hay tiempo para aplicar la conquista. además, como ando, no estoy como para hacer labor de conquista. quiero coger y ya. pero tampoco es lo mio pagar. pagar, pues. aunque siendo estrictos, un palo nunca te sale gratis. tienes que pagar el cine, la cena... y si no, al menos el hotel y los condones. nunca es gratis. ni siquiera casado. tienes que comprar el sexo. a menos que ella sea la que tiene ganas, pero ni así, porque pensándolo bien, cuando ella tiene ganas de coger y tu no, pues terminas pagándolo...

hubo dos mujeres que hoy entraron a la tienda que me gustaron. pero no puedo hacer nada ahí. me da pena con las empleadas, digo, conocen a izza y no sería justo.

me da hueva y no quiero gastar dinero asistiendo a un table. ya no soy fan de los tables. gastas mucho y obtienes poco. rentar unas prostitutas no es mi estilo. las rentaría para ponerlas a cantar o hacer pendejadas que me divirtieran. me gustaría pagarle a unas tres y ponerlas a que compitieran al estilo fear factor. les daría de comer pendejadas y luego hacerlas resistir un par de stunts.

me duele la cabeza. quiero coger