behind the mastermind

esto es algo de lo que definitivamente dejé fuera de la novela que escribo:
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"enciendo un camel y recostado en el piso alfombrado, espero la llegada de bren. aquí, en su depa. les presumo que tengo llave desde que empezamos a empiernarnos a los dos días de conocernos. la encontré en el crucifijo una noche que no tenía nada que hacer. asistí con el pretexto de tomarme unas micheladas, según la versión que ella tiene. la verdad, tú y yo la sabemos. ¿para qué salen los hombres si no es para buscar culo? yo lo encontré y como buen conocedor, no lo solté. la cabrona jugó bien sus cartas, y eso se le respeta. no me lo soltó enseguida, como esperaba. en cambio, me hizo seguirla hasta su casa, en compañía de una de sus hermanas, a la que —según me confesó después—obligó a no dejarnos solos. bren comentó luego que le había caído muy bien y no quería echarlo a perder metiéndome a la cama en chinga. y yo ahí, erecto, me tuve que aguantar con verle ese tatuaje con el que su espalda concluye. bien jugado ese balón, bren. ese gusto sólo le duró dos días. pero ya era demasiado tarde para mi. lo hizo de tal manera que ya no pude descolgarme. de sólo acordarme, siento cosquillas en los huevos.

bren sale su trabajo a las 7, viene llegando aquí como a las 7:30. aunque teniendo un jefe como el que tiene, uno nunca sabe. esos pinches hindúes son peores que los judíos. ¡las cosas que me cuenta bren!

su depa huele a incienso. me preocuparía salir con una chica-perfumería y que su casa oliera feo. me gustan estos depas de laredo, tx. son pequeños, pero con lo necesario. los detalles. los detalles. se me antoja escuchar algo de mötley crüe. hoy quiero oír rock de hombres, pero aquí en el hogar de bren, lo más que podría acercarse a lo que busco, es use your illusion i de guns n’ roses. que hueva.

me dan ganas de quitarme la ropa y esperarla en la bañera, qué importa que no quepamos bien los dos. el romance es lo que importa, ¿qué no? hasta eso, aprendí pronto los detallitos. no basta llenar la tina con agua tibia. ahí es donde nosotros nos perdemos. si le agregas unas velitas alrededor, 1 onza de esencia de rosas mezclada en un cuarto de agua y salpicada deliberadamente, ahí tienes un rico baño cachondón. ¡ah! me olvidaba que si quieres verte acá, padrotón, puedes incluirle a la ensalada unos pétalos de rosas. quien-sabe-porqué, pero desde american beauty, las mujeres traen esa onda. bueno, a nosotros nos encanta también, pero mejor sería que tuviéramos a la mena suvari acá, digo, pues es la mamita original. puse el cd de zoé y asteroide me saluda al abandonar las bocinas y cubrir el lugar con su atmósfera.

abro el refrigerador y recuerdo el día que intentamos reproducir la escena de 9½ semanas. los resultados no fueron los óptimos, nos pasamos alternándonos turnos para ir al baño por la diarrea que nos pescó. por eso las películas son chidas, la edición lo hace todo. nadie puede editar tu vida. sería excelente poder elegir lo que entra y lo que sale, pero no se puede. mal pedo.

la idea de esperarla encuerado, masajeándome el pene para recibirla con la erección más grande que jamás ha visto, vuelve a atacarme. me toco por encima del pantalón y ya me estoy empalmando. pienso en la sorpresa que se va a llevar bren y hasta se me hace agua la boca. entre otras cosas. me desabrocho el levis y deja te conecto a sentirse como en su casa. que buena rola.

abro la llave de la bañera y coloco el tapón al fondo. recuerdo a la hermana de bren. ¿por qué? no lo sé. es automático. por más que trato de retirar la idea de mi cabeza, no consigo nada. una vez que el strip-tease empieza en mi mente, no hay forma de detenerlo. gwen es muy bonita, tiene un buen cuerpo y es desde luego, material cogible, pero… bueno, pues, eso, resulta que es la hermana de mi chava.

cierro los ojos y gwen entra al baño desnuda. me abraza y me susurra al oído que abra los ojos. quiere que la vea. quiere mostrarme su cuerpo. quiere que la toque. me encuentro muy excitado. zoé dice deja me conecto por última vez y se queda mudo.

para cuando abro los ojos, tengo a bren enfrente. me da un beso y la abrazo, estrechándola contra mi cuerpo. raspo mi verga en la tela de su pantalón kaki. me susurra al oído que me vista, que afuera están sus amigas y una de ellas quiere usar el baño. y yo que dejé mi ropa afuera, regada en la sala de manera casual, como se hace en las películas.

la luz de gwen se apagó en mi conciencia y me da miedo, porque eso no significa que se irá. estará ahí, latente. dispuesta a quebrarme a la primera oportunidad. sonreí y bren compartió ese gesto conmigo. ella no sabe la razón, pero se imagina que tiene algo que ver, con que sus amigas hayan notado mi ropa. observo la cicatriz que tiene en la ceja derecha y al separarme de ella, un fino hilo de líquido seminal se niega a dejarla ir.

alguien en la sala pone a shakira y apuesto 100 dólares a que no devolvieron el disco de zoé a su caja, libre de polvo para evitar rayones. ¿qué le pasa a estas mujeres? ¿por qué suceden este tipo de accidentes?"