behind the mastermind

la clase está más aburrida de lo que pronosticó. al chicle se le acabó el sabor y se convirtió en liga que enreda alrededor de su dedo. ve el reloj, faltan 30 minutos y no puede creer que apenas hace 15 empezó todo esto. hoy viste de falda, una corta de tablones y cuadricula, le llega cinco dedos arriba de las rodillas. la blusa blanca sobre un bra negro terminan de darle ese toque colegial-putón que tanto le gusta explotar. hace una semana se cortó el pelo, súper corto y en picos, no parado, no confundas. alguien le dijo que se parecía a esa chica de t.a.t.u., la del pelo negro, la que canta mejor, pero nadie le ha sabido dar el nombre, parece que nadie las reconoce por separado.

está sentada y pretende tenerlo todo bajo control, aunque su mente rebota por las paredes del salón como esas pelotitas de goma que te cuestan ¢25 en el mall. tan así, que ni siquiera recuerda si ya pasaron la lista, lo importante en este momento es que la clase concluya. quiere salir a fumar. quiere salir a platicar con sus amigos. quiere salir al baño. bueno, realmente no quiere salir al baño, pero es un buen pretexto. un bostezo se le escapa y con su mano intenta
disimularlo, pero llega tarde. no es sueño, es fastidio. los pies enrollados en las patas del mesabanco, como amarrada por voluntad propia. mueve las piernas, tanto que uno de sus compañeros voltea a verla casi cada 30 segundos para que lo deje de distraer o para ver un poco de pierna.

ella lo mira con desprecio. asume que por su aspecto debe vivir en una colonia proletaria y por ende no merece ni siquiera verla. el tipo es de esos que no hace nada a su apariencia para ayudarse. tiene todo el look juan diego, bigote de secundaria incluido, de esos que por más perfume que se ponga, siempre tendrá un humor más fuerte. de esos que creen que pagar un buen corte de pelo es un gasto innecesario y pagar más de veinte dólares en zapatos un crimen.

se siente molesta nomás por estar en el mismo salón de clases. incluso deja de mover las piernas para que el tipo deje de mirarla. aunque también puede ser porque le entra la duda de que si con esa falda y en esa pose se le puede ver celulitis.